17 May, 2009

Hoy debería alborotarse todo con el misterio lento de lo que se espera. Debería caer nieve, por ejemplo, sólo para obligarnos a pensar en los extravíos en general, en la salida de órbita cuando más inequívocos nos sentimos en la esfera que hemos formado con alambres y papel transparente. Tal vez el rompimiento de esa geometría no haga más que forzarnos a ver alrededor más esferas, ajenas, más sólidas, quizá, que las nuestras, o pequeños rectángulos de lana, o rombos de fique que dejan ver, en su interior, alguien bailando, feliz en su encierro. O a lo mejor me obliga a escribir otras cosas, no sólo el atisbo de aquello posible, sino también lo constatable con instrumentos ópticos que aún habrá de inventarse—la literatura de un presente vinculado a otros temas, con lazos de otra tela puestos a unir esquinas insospechadas de un objeto.

2 comments:

Anonymous said...

La vida como una posibilidad y una realidad, como una espiga con raíces misteriosas que sobresalen del suelo... tal es el único -si no, el más legítimo- móvil que justifica la tinta que vierte el ser humano para hablar de sus pasos por los mundos. Es verdad que la literatura es un presente, en el doble sentido: una actualización, una presencia coetánea del devernir; pero también un regalo, una piel que se sobrepone a todas las pieles, círculos, esferas y espacios permeables que compartimos. Le felicito, señor Luis Moreno, es usted un iluminado.

Anonymous said...

Hola señor Moreno, parece que se olvidó de su diario. Debería dejar lo sinvegüenza y actualizar.