11 October, 2008

Redactar un diario es una forma de expropiación, en el que se anota un ensamble de imágenes robadas a la privacidad. Otras veces, sin embargo, ese pequeño cuaderno sólo puede configurar una serie de frases que, con verosimilitud, instauran esa privacidad, como si la vida fuera subsidiaria de un mito sosegado y tardío. Se puede hacer un embargo de lo que existe previamente o de lo imaginario. El mío es uno de esos diarios fantasmas: vivo en un estado compuesto de ruidos, de proyectos, de higienes necesarias y de especulaciones, a medio camino entre lo que se descompone y lo que no se toca. Ojalá pudiera ser un poco más sanguíneo, para mortificar, con prosaica exactitud, estos hábitos de fotografía—fijos como todo paisaje en toda Polaroid: la misma eterna pila de nieve en una columnata, la misma expectación de un verano adolescente, sin envejecimiento… Om.

2 comments:

Anonymous said...

Es decir, que vives en los E.U.?

Luis Moreno Villamediana said...

No, anónimo. Viví en Estados Unidos hasta julio del año pasado. Ahora vivo de nuevo en Venezuela.

Gracias por la visita.